En este piso de una vivienda de la Eixample de Barcelona, nos encontramos con una cocina que no había sido reformada nunca
El proceso de trabajo y transformación dio como resultado una cocina donde no todo es blanco o negro, sinó que los grises en todas sus tonalidades nos aportan elegancia, serenidad y combinados con el blanco ofrecen resultados perfectos.
Como veis nos gusta mucho esta combinación de hecho hemos realizado muchas cocinas así, o bien por nuestra sugerencia o bien por coincidencia con nuestros clientes. Algunos de ellos introducen algún punto de color para crear contrastes , como elemento puntual en una puerta o vitrina. En este caso los muebles son de fórmica lacada Lux blanco, Silestone blanco y pavimento gris pizarra. Todos los electrodomésticos, de la casa Bosch, en inox. Y placa de gas con vidrio para facilitar la limpieza.